De la muerte a la vida, o resignificar el territorio a través del arte 

Durante muchos años la calle principal del barrio Santa María en la ciudad de Cartagena, fue conocida por habitantes del sector y sus alrededores, como la calle de la muerte. Desde hace algunos meses, un grupo de jóvenes se han propuesto cambiarle la cara a este rincón de la periferia cartagenera a través del arte.

Wilder Berrio Pérez y Erick Valiente son los principales responsables de esta movida contracultural. “Desde el año pasado en el marco del paro nacional nos empezamos a preguntar cómo podíamos resignificar los espacios que habitamos, fue así como con varios muralistas y grafiteros de la ciudad empezamos a tomarnos los barrios y a llenarlos de arte. En ese entonces pintamos el primer mural aquí en el barrio como un reclamo a la precaria situación en la que se encontraba el colegio donde estudian la mayoría de niñas, niños y jóvenes de esta zona”, dice Erick mientras sostiene un rodillo cargado de pintura azul.

Wilder Pérez Berrio y Rubén Pérez (Prex Música). Foto por: Emilio Cabarcas

Son las cuatro de la tarde. La lluvia ha cesado en Cartagena. De fondo suena “Mujer de cabaret”, popular y recordada champeta de la autoría de Michel. Completando la escena, un grupo de jóvenes pintan, trazo a trazo, los muros de la Institución Educativa Santa María. Algunos hacen parte del Colectivo Las Callejeras, otros, pertenecen a Invasión Caribe. Juntos, le apuestan a la resignificación de este sector estigmatizado por la violencia social que ha afectado a la mayoría de territorios periféricos en La Heroica. 

Nuestra idea es crear un corredor artístico y cultural donde la gente pueda apropiarse de su propia identidad y al mismo tiempo sirva como un estímulo para desarrollar iniciativas de arte y turismo comunitario”, agrega Pérez. 

Algunas de las obras incluyen elementos propios de la identidad cartagenera. El butifarrero, los recogelocos, las busetas, entre otros aspectos amenazados al día de hoy como consecuencia de la aculturación, aparecen en primer plano. 

Encuentro de recogelocos. Foto por: Emilio Cabarcas

La recuperación de las estéticas populares de Cartagena, constituye el leitmotiv de esta obra de arte comunitario transgresor. El uso de colores cálidos y brillantes, contrasta con el universo de matices con el que estos artistas de la calle, nos proponen una nueva forma de pensar la ciudad a través del muralismo.  

Robinson Pérez, mejor conocido en el mundo artístico alternativo como Prex Música, asegura que la idea es renombrar este sector como “calle de la vida”. “Creemos que de esta forma puede transformarse el imaginario que muchos tienen sobre este barrio que históricamente ha sido segregado”. 

Para Wilder, quien  estudia último semestre de artes plásticas en la Universidad de Bellas Artes y Ciencias de Bolívar, la única razón para atreverse a soñar con este tipo de iniciativas es su amor por la pintura. “Aunque ahora no contamos con mucho apoyo, más personas se están sumando y eso es importante. Hoy más que nunca Cartagena necesita que estos procesos se fortalezcan y se visibilicen”, concluye. 

Prex e Infinity, con su rap consciente y disruptivo, fueron los responsables de la cuota musical. 

Esta escena alternativa que se cuece entre calles y callejones de la periferia cartagenera, nos demuestra que hoy, las palabras de Galeano siguen más vigentes que nunca: “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.

Arte comunitario para la vida. Foto por: Emilio Cabarcas

 
Emilio Cabarcas

Comunicador social y periodista. CEO y Fundador de Cuatro Palabras. Experto en periodismo comunitario y desarrollo de iniciativas de innovación social.

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