Arepa de huevo: la poderosa insignia de un pequeño pueblo llamado Luruaco

En el pequeño municipio de Luruaco, Atlántico, un grupo de mujeres preservan una tradición culinaria que ha cautivado los paladares de propios y extraños durante décadas. La arepa de huevo, auténtico emblema gastronómico de la región, ha encontrado en ellas su esencia más genuina y su sustento económico. Ellas se darán cita este fin de semana en el Festival de la Arepa de Huevo.

En el recorrido entre Cartagena y Barranquilla, hay un lugar que cautiva a los viajeros ávidos de sabores exquisitos. Luruaco, un pintoresco municipio de poco más de 22 mil habitantes, se erige como el santuario de la arepa de huevo, una delicia culinaria que ha trascendido fronteras y conquistado los corazones de aquellos que la prueban. Allí, un grupo de mujeres, con sus habilidosas manos y una herencia transmitida por generaciones, han forjado un legado que trasciende los límites de la cocina.

Matronas y gestores culturales de Luruaco se unieron al lanzamiento previo del XXXIV Festival de la Arepa de Huevo. Foto por: Jose Ignacio Estupiñán

Precisamente estas matronas, depositarias de la sabiduría ancestral, fueron testigos privilegiados del lanzamiento del Festival de la Arepa de Huevo, un acontecimiento anual que en esta ocasión celebrará su trigésima cuarta edición, entre el 1 y 3 de julio. 

En la plazoleta del mercado público, saturada con el aroma inconfundible de la masa de maíz frita, se congregaron lugareños y visitantes para inaugurar esta festividad gastronómica de renombre. La alcaldesa, Marlys Inés Gutiérrez Pérez, junto con las portadoras de la tradición e identidad gastronómica, encabezaron este acto cultural, que incluyó una eucaristía y múltiples manifestaciones artísticas y folclóricas.

Mileidis Coronado Redondo, representante de la Asociación de Productoras de Arepa de Huevo de Luruaco, Asopral, extendió una cálida invitación a la ciudadanía local, regional, nacional e internacional para que asistan al festival, subrayando con énfasis que las arepas son patrimonio de todos los luruqueros.

Por su parte, María Torregroza, en representación de la Secretaría de Cultura, Deporte, Turismo y Recreación municipal, puso de relieve la encomiable labor de las matronas, cuyo trabajo ha sido fundamental para convertir esta actividad en una fuente de sustento y emprendimiento, elevando así a sus familias y transmitiendo el legado a sus vástagos, nietos y bisnietos, porque detrás de cada arepa de huevo que se deleita, se despliega una historia singular y apasionante, protagonizada por mujeres que han consagrado sus vidas a preservar este tesoro gastronómico.

Las mujeres detrás de la tradición

La arepa de huevo, cuyo origen se pierde en los misterios del tiempo, guarda en su esencia una historia que se remonta a más de 60 años atrás en el municipio costero de Luruaco. Fue allí donde doña Rosa Amelia Montero, una mujer visionaria, dio vida a la primera arepa de huevo que cautivaría los paladares de toda una región.

Desde entonces, la producción de la arepa de huevo se ha convertido, junto con la pesca y la agricultura, en uno de los componentes del sostenimiento económico de los habitantes de Luruaco. Se estima que cada día se producen unas 10.000 arepas de huevo en este municipio.

Hace más de seis décadas, en los fogones de su humilde hogar, Rosa Amelia sacó a la luz esta delicia culinaria que se convertiría en un símbolo de la gastronomía local. Con sus manos hábiles y su sabiduría ancestral, ella forjó el camino que seguirían muchas otras mujeres, como Blanca Viecco, Lurdys Manotas, Yenis Anaya, Yolanda Díaz y Yolanda Figueroa.

Estas mujeres, con sus manos diestras y su pasión desbordante, han trascendido los roles de cocineras para convertirse en embajadoras de la cultura y el sabor de Luruaco. Su destreza y dedicación han elevado la arepa de huevo a un estatus sagrado, cautivando los paladares y conquistando los corazones de aquellos que tienen el privilegio de saborearlas. Son ellas las portadoras del legado ancestral, las guardianas de una tradición que se perpetúa en cada bocado, que ha perdurado en los momentos más difíciles, llevando consigo el orgullo y la esencia de toda una comunidad.

Una adaptación que perdura

En los días oscuros de la pandemia, cuando la incertidumbre envolvía cada rincón del mundo, estas mujeres luchadoras encontraron una luz de esperanza en las herramientas digitales y el poder de las redes sociales. El rumor de boca en boca, tan característico de nuestros pueblos, se transformó en el susurro de los likes y los compartidos en el mundo virtual. Con cada publicación, con cada imagen tentadora de una arepa dorada y jugosa, estas valientes mujeres lograron capturar la atención y el paladar de aquellos que anhelaban saborear sus creaciones. 

Resultado de este proceso, en el año 2020, las matronas de Luruaco vendieron 8.000 arepas de huevo durante el fin de semana del Festival, logrando ventas por más de 33 millones de pesos. Así, las plataformas virtuales se convirtieron en el mercado donde el aroma y el sabor se mezclaban en una danza hipnótica, atrayendo a nuevos comensales ávidos por descubrir esta delicia gastronómica.

Pero estas mujeres no se han detenido solo en la promoción y venta de sus arepas. También han utilizado estas plataformas virtuales como un escenario para promocionar el festival, ese encuentro anual donde la magia y el sabor se desbordan en cada bocado. A través de fotografías, videos y palabras llenas de pasión, han invitado a propios y extraños a sumergirse en el universo encantado de la arepa de huevo, despertando el deseo de vivir la experiencia única que ofrece este evento.

El impacto económico y social

Detrás de cada arepa hay un esfuerzo conjunto de madres, abuelas e hijas, quienes con sus manos habilidosas y su dedicación incansable han transformado este ancestral platillo en una oportunidad de sustento y prosperidad. Hoy en día, la Asociación de Productoras de Arepa de Huevo de Luruaco (ASOPRAL), agrupa a 65 mujeres que se dedican a elaborar este frito. 

Esta asociación ha desempeñado un papel fundamental en la organización y el fortalecimiento de las matronas que dan vida a esta tradición, brindándoles apoyo, capacitación y una plataforma para exhibir su arte culinario. Como marca colectiva, han logrado reafirmar la excelencia y autenticidad de las arepas de huevo de Luruaco, resaltando su valor como patrimonio gastronómico y generando confianza en los consumidores. 

Es en el Festival de la Arepa de Huevo donde más están presentes y donde el impacto económico y social se hace aún más evidente. Según datos de ASOPRAL, durante esta festividad se llegan a vender alrededor de 20.000 arepas de huevo, lo que evidencia la importancia y el arraigo de esta tradición en la comunidad.

Este evento se ha realizado desde 1988. En su primera edición congregó a 36 mujeres portadoras de la tradición gastronómica; se desarrollaron los concursos de la arepa más grande, la más deliciosa y la elaboración más rápida de una arepa de huevo, siendo las ganadoras las señoras Calixta de Arco, Argemira Sánchez y María del Socorro Castillo, respectivamente.

Hoy, 34 años después, el Festival cuenta con su Plan Especial de Salvaguardia (PES) y hace parte del Patrimonio Cultural del departamento del Atlántico. Durante el festival, se desarrolla una programación artística y cultural de la Región Caribe, con grupos de danzas, comparsas, grupos musicales, cuenteros y decimeros. También se realiza el concurso de canciones inéditas y piquería dedicadas a las cocineras y su producto gastronómico.

El impacto económico y social de la arepa de huevo en Luruaco es innegable. Más allá de su exquisito sabor y su legado ancestral, esta tradición culinaria ha tejido una red de dependencia mutua entre la comunidad y su sustento. Cada mordisco representa una conexión profunda con la historia, la identidad y el porvenir de este encantador rincón costero. En Luruaco, las arepas de huevo son mucho más que un platillo, son un símbolo de unidad, resiliencia y prosperidad.

Los invitamos a adentrarse en el universo mágico de la arepa de huevo, déjate envolver por su aroma y sabor, y sean testigo de cómo una simple delicia culinaria se convierte en un símbolo vivo de identidad y orgullo. En cada bocado, encontrarás la esencia misma de Luruaco, una invitación a saborear la grandeza de nuestra cultura y a apoyar a las mujeres que, con su emprendimiento, tejen sueños y sostienen el espíritu de esta tierra.

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