Recordar al campeón

La noche del 18 de diciembre de 1983, todavía retumba en los oídos de Antonio Cervantes ‘Kid Pambelé’. Aquella pelea, era contra el entonces desconocido boxeador puertorriqueño Danny Sanchez. Un Pambelé trastocado por el paso de los años, lento y enredado en líos personales, acudía a la cita que el destino le había preparado. La pelea fue tosca, trabada. La gacela de Palenque con sus brazos largos y puños de hierro, no pudo contra un novato Sánchez que en diez asaltos, le arrebató su ultima batalla.

Si en esta vida hay profesiones ingratas, es la de los deportistas. Pero si es que acaso hay profesiones despiadadas, esa es la del boxeador. Nada bastó para salvar al máximo referente del boxeo colombiano del abandono y el olvido. En vano, Cervantes noqueó a Peppermint Frazer. Olvidadas, quedaron las hazañas contra Locche y los ocho años de gloria en los que los colombianos madrugaban para verle hacer lo que mejor sabía: desparramar golpes al garete esperando que conectaran los órganos blandos de sus retadores, hasta verlos tumbados sobre la fría lona.

La lona, es cielo e infierno a la vez. De allí, el boxeador se erige como un gladiador, cuál Hércules reclamando el derecho que le abre las puertas del Olimpo, o experimenta el infierno en carne viva, mientras los reflectores le abandonan y lo dejan reducido a un pedazo de carne inerte. Sin embargo, hay unos que resucitan, unos que son escogidos, que realizan tales actos fuera de la dimensión humana porque simplemente, así debía ser, estaban predestinados. Como aquella vez en que El Kid recuperó el cinturón Welter Junior que había perdido un año atrás en 1976, derrotando al argentino Carlos María Jiménez por knock out.

Antonio Cervantes, ha estado en ambos lugares. Cielo e infierno fue la lona que por una década vibro al ritmo de la danza guerrera de este boxeador nato. Los colombianos, desde entonces, hemos hablado de él sea "para ensalzarlo hasta la estratosfera, o para condenarlo a la parrilla perpetua de los infiernos".

Hace seis años vi por última vez al campeón. Los años le han pasado por encima y la vida, del mismo modo en que nosotros, no fue justa con él. Pambelé, hoy tiene 76 años. Sin dudas no es el mismo muchachito de 18 que impresionaba a todos con su alocado estilo de lanzar y driblar trompadas.

En aquella oportunidad lo vi subiendo nuevamente al lugar del que nunca debió haber bajado. Allí, sobre el cuadrilátero, le vimos quienes nunca pudimos verle frente a frente y tuvimos que conformarnos con los registros audiovisuales de sus gloriosas hazañas.

El 28 de octubre de 1972, el pugilista palenquero, se convirtió en el primer colombiano en coronarse campeón mundial de boxeo, tras derribar a Alfonso ‘Peppermint’ Frazer en diez asaltos. Aquel joven peleador que alguna vez supo tocar el cielo con las manos empuñadas, el rey, el campeón, el que alguna vez se retiró bajo las sombras del anonimato, hoy es recordado por todos nosotros, en agradecimiento por aquel glorioso titulo que nunca se olvida.

Seis años de la última vez de Antonio Cervantes Kid Pambelé, sobre un ring de boxeo. Foto por: Ray Osorio

Emilio Cabarcas

Comunicador social y periodista. CEO y Fundador de Cuatro Palabras. Experto en periodismo comunitario y desarrollo de iniciativas de innovación social.

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