San Pedro Consolado, el corazón de México en los Montes de María

De San Pedro Consolado se ha dicho que es una especie de rincón mexicano enclavado en los Montes de María. Razones no faltan. Actualmente sus habitantes, los consoladeros, mantienen vivos los destellos de una historia que pulula entre las rancheras mexicanas y el legado del conflicto armado en Colombia.

Solo 16 minutos separan al casco urbano de San Juan Nepomuceno (Bolívar  con San Pedro Consolado, considerado por propios y visitantes como un rincón mexicano en los Montes de María. Una buena parte de sus habitantes, en especial los más longevos, conservan el acento, la música, el gusto gastronómico y algunos elementos propios de la cultura mexicana. 

Julio Salgado, citando a Luis Reyes, quien mencionó por primera vez a San Pedro en los anaqueles de la bibliografía escrita del departamento, señala que San Pedro fue anexado a San Juan como zona rural el 28 de noviembre de 1865. Sin embargo, nadie sabe con exactitud la fecha de su fundación.

En la misma reseña, Salgado asegura que antes de este hecho, había varias familias asentadas en el pueblo, e intuye que esa fundación se hizo a principios del siglo XIX. Por su parte, Pedro Vergara, también citado por Salgado, afirma que los primeros pobladores pudieron ser mexicanos, teniendo en cuenta que las dos culturas presentan una tipología semejante en su arquitectura, vestimenta, preferencia musical y gastronomía.

El peligro de desaparecer

San Pedro Consolado pertenece a la zona rural de San Juan Nepomuceno. Su población, principalmente campesina, sufrió la violencia instigada por grupos armados desde el año 1998 hasta mediados de la primera década del 2000. Desde entonces, se ha hecho visible una variación en las tasas de población, en donde se redujo la masculina frente a la femenina, así como ha disminuido significativamente la tasa de natalidad desde el año 2013, de acuerdo con datos del PNUD. 

La base de la economía de esta zona está fundamentada en el agro. La producción de ñame, yuca, maíz, tabaco, plátano, ají dulce, frutales y otros. La agricultura predominante es la tradicional, de menos de una hectárea, de subsistencia y el destino de las cosechas va para el autoabastecimiento.

"Desconsolado" (como fue llamado en un principio por las pocas familias que lo habitaban, y que luego recibió su nombre por iniciativa del profesor Jorge Yepes), es uno de las zonas rurales que ha sido históricamente marginada y que presenta indicadores de necesidades básicas insatisfechas, mala calidad en servicios públicos, analfabetismo, abandono y corrupción estatal, facilitando el ingreso de grupos armados, que realizaron despojos de tierras a campesinos y produjeron la venta sistemática de predios, ocupaciones ilegales, caminos condenados, conflictos sociales y el exilio.

En medio de todo este devenir de infortunios, los consoladeros hoy se enfrentan a un enemigo invisible, que ha mermado sus tropas con el paso de los años, y que ubica a San Pedro Consolado con una de las tasas más altas de emigración de sus habitantes. 

La cultura de los consoladeros ha adoptado elementos del país mexicano desde la época en la que la comunicación hacia otros pueblos era a lomo de mula y el único medio de comunicación era la radio. El periodista Juan Carlos Díaz señala que los jóvenes que se quedaron en el pueblo, que no salieron más allá del monte de Las Tinas, y que hoy en día han formado sus familias y sus vidas en el caserío, conservaron esa delicia en el verbo que hoy es una especie de patrimonio para las nuevas generaciones.

Sin embargo, debido a la vergüenza que sienten al ser objeto de burlas por su acento, “poco a poco se fue matizando el canto en la palabra”. Díaz cita al profesor Eduardo Yepes, que afirma que la mayoría de los pobladores que hoy rondan entre los 50 y los 60 años, sufrieron un matoneo regional por el asunto del cántico en el hablado y ese descontento generalizado habría sido la principal causa para que muchos de sus habitantes buscaran otras tierras y otros tonos para sus voces.

Resistir en medio del abandono

Hoy San Pedro Consolado resiste, por eso varios de sus habitantes han conformado la asociación que promueve el turismo hacia las maravillas naturales que tienen. Usted puede visitar San Pedro y descubrir atractivos como la reserva de Las Tinas, donde existe una ruta ancestral en la que descubrirá historias de los indios malibú, así como aprenderá a hacer mochilas y a vivir la experiencia de trabajar el campo. 

Si tiene un poco de tiempo, también puede adentrarse en la cultura de San Pedro Consolado y asistir al Festival de la Ranchera, que es una de las estrategias para incentivar el turismo en el corregimiento que sigue siendo considerado el corazón de México en los Montes de María.

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