Más allá de un almuerzo en el Mercado de Bazurto

Quizá lo primero que deberíamos hacer al llegar a un sitio es visitar el mercado local. El mercado es un lugar para tomar contacto con la historia e idiosincrasia de colectividades en jornadas que nunca inician y nunca terminan, hasta que un día el poder lo desarraigue. Acerquémonos, a partir de un diálogo de mediodía, a conocer un poco del antes, el después, y las anécdotas alrededor del Mercado Público de Bazurto. Conocer la historia es un primer paso para caminar por senderos aireados y encontrar el significado de nuestros escenarios populares.

El 14 de abril del 2021, mientras avanzaba el mediodía cartagenero, almorzando y conversando con el señor Ever Molina, empezamos a compartir lo que ha sido la historia del mercado público en Cartagena. Él es una persona sencilla, leída, con mayor edad que yo, y a la que considero sabia; en él cobra peso la palabra que abraza la historia como una forma de perder la ingenuidad ante los amaños de los “vendedores de humo”. 

Entre risas, comenzó a contarme lo que recordaba de su época sin dejar de lado el inicio cronológico de las ventas públicas en Cartagena. Nos remontamos a la época colonial de 1571, donde empieza a surgir en Cartagena un incipiente mercado a partir del intercambio de mercancías. 

Aprovechando que Cartagena es un puerto marítimo con acceso fluvial al Canal del Dique, este mercado inició en la Bahía de las Ánimas, en lo que hoy conocemos como la Plaza de la Aduana. El Muelle de los Pegasos era el punto de intercambio y trueque comercial. Esto duró más de 4 siglos. Todo marchaba bien, pero luego las ventas se desbordaron y crecieron hacia las calles aledañas a la Plaza de la Aduana, creando problemas de orden público y movilidad. 

Por esta razón se pensó en crear y establecer una plaza de mercado unificada. En el año 1880 Luis Felipe Jaspe Franco, diseñó el que sería el mercado público, la Torre del Reloj, el teatro Adolfo Mejía (Antiguo Teatro Heredia) y las plazas de Bolívar y Fernández Madrid. 

Para iniciar esta plaza de mercado, los recursos fueron de 80.000 pesos. En un 11 de noviembre de 1896 se coloca la primera piedra de lo que en adelante se conocería como el mercado público de Getsemaní. 

En 1920 se abrió el primer sector de carnicería, donde el producto común era el cerdo. Luego el sector de los granos, zapatería y otros tipos de comercio. El 4 de septiembre de 1962 ocurrió un gran incendio que arrasó con la mayoría de los negocios del mercado. Nuevamente, el 30 de octubre de 1965, estalló un “busca pie”, situación que provocaría un enorme daño a la edificación.

A raíz de esto y de la problemática de la expansión del mercado de Getsemaní, más la dificultad que atravesaba lo social, sanitario y relacionado a la movilidad, iniciaron los planes de traslado del mercado de Getsemaní a lo que hoy conocemos con el nombre de Mercado de Bazurto. 

Este traslado causó alegrías para unos y tristezas para otros. Eran muchas vidas y situaciones compartidas, costumbres que se daban en el día a día: sentir el calor humano de las personas que llegaban a solicitar sus productos, el cruce de vez en cuando con las damas elegantes, de caballeros con sombreros, de las amas de casa que sonreían ante la amabilidad de quienes las atendían. 

Un dato curioso – que no sabía – era que en el muelle de los pegasos hacían desembarques de madera y que muchos lo conocieron con el nombre de “Las Tablitas”, porque estos listones de madera eran utilizados por mujeres y hombres nocturnos para hacer el amor y luego de su ardiente desenfreno a la intemperie, se sumergían en el agua para enjuagarse.

Otro dato que sí recuerdo porque lo viví, fue el del Teatro Rialto que era al aire libre porque no tenía techo. En aquel entonces era normal que, en medio de las películas, la multitud arrojara tomates de la nada si la función no llenaba sus expectativas. 

Mercado de Bazurto

Su traslado definitivo se dio en el año 1978. Su nombre, de origen vasco, quiere decir “Basa Urtenean”, que significa “estar en medio del monte o bosque”. Este mercado es tradicional porque ofrece una gran variedad de productos para la canasta familiar y de otras necesidades. 

Se considera una zona altamente comercial y se encuentra ubicado entre la Localidad 1 (Histórica y del Caribe Norte) en las que se encuentran algunos barrios como Martínez Martelo, Prado, Bruselas, Amberes, y otros; y la Localidad 2 (De la Virgen y Turística) en la comuna 4, donde están los barrios La María, La Quinta, Alcibia, La Esperanza, Obreros, Boston y La Candelaria.  

Para muchos esta ubicación del mercado de Bazurto no fue la mejor opción, porque fue colocado en la cintura de la ciudad, dado que la Ciénaga de las Quintas y la falda de la Popa, forman la cintura de Cartagena. 

Sé que las problemáticas de Bazurto, la inseguridad, desorganización e invasión del espacio público, el flujo vehicular y la movilidad de compradores y transeúntes constituyen un ambiente de caos. 

Sin embargo, a mi parecer, la alcaldía y los encargados de la administración del Mercado de Bazurto deben velar y llegar a acuerdos que beneficien a los trabajadores formales e informales que viven de sus ventas. Lo cierto en medio de todo esto es que los barrios aledaños al mercado se sienten afectados por la inseguridad, el microtráfico, el expendio indiscriminado de alcohol y la violencia callejera. 

Los atracones vehiculares hacen una pesadilla cruzar o tomar el transporte, porque rara vez se ven policías o agentes de tránsito cumpliendo con el orden en las vías.

Pienso que, si se da una nueva reubicación del mercado público, por lo menos tengan en cuenta un espacio adecuado para un macro-abasto con miras a una transformación social, de orden e igualdad para todos; en el mercado que debería ser de todos. Donde las grandes o pequeñas colmenas hasta el que vende guarapo, ajo, etc., puedan tener un espacio digno, limpio, amparado del sol o las lluvias, con sitios específicos para guardar las carretas, o estaciones de motos, zonas solo para comidas, otras, de zapaterías, carnicerías, accesorios, artesanías, ropas, almacenes y demás. 

Pongo esto de ejemplo, porque ya es conocido por muchos de nosotros que existe desde el año 2010 una orden de judicial emanada del juzgado 12 de Cartagena para que sea trasladado la plaza del mercado público de Bazurto a un sitio de periferia, como lo contemplan las normas actuales en los llamados grandes abastos. 

Después de una larga jornada de charla con el señor Ever, me puse en la tarea de escribir la historia del mercado, pero mi intención es seguir indagando y conociendo zonas poco abordadas de este popular escenario. 

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