“Cartagena no es sólo racista, aquí también predomina el colorismo”: Rosmery Armenteros

El escenario literario en Cartagena se encuentra en un periodo de transformación. La presencia contundente y sostenida de voces femeninas ha venido a reconfigurar un espacio históricamente dominado por hombres. Gustavo Ibarra Merlano, Hector Rojas Herazo y Gabriel García Marquez, ahora dan paso a la exquisita pluma de jóvenes literatas cómo Cindy Herrera, Teresita Goyeneche o Rosmery Armenteros. 

Con esta última, conversamos hace algunas semanas sobre su más reciente libro, Azabache, crónicas de Antonia. Durante la entrevista también hubo espacio para dialogar sobre las barreras sistémicas que se imponen sobre las escritoras de origen afro en Cartagena y Colombia.

El espíritu inquieto y sensible de esta cartagenera de 27 años, quien es ingeniera eléctrica de profesión y escritora por vocación, la ha convertido en una de las literatas con mayor proyección de “La Heroica”. Su experiencia con plataformas digitales como Wattpad, donde ostenta una comunidad con más de 10 mil lectores y la autopublicación en Amazon, le han permitido ampliar su público y traspasar fronteras.   

La escritora cartagenera Rosmery Armenteros, promociona su más reciente novela “Azabache, crónicas de Antonia”

¿Cómo empiezas tu camino literario? ¿Cómo empiezas a vincularte con el mundo de las letras?

Yo empecé a escribir a muy temprana edad. A mí la literatura me encontró. Fue un asunto casi accidental. Creo que ser soñadora es algo que me define, esa es una de las principales razones por las que escribo. Durante mis estudios en la primaria tras un intento fallido en el que intenté actuar en una obra de teatro, me di cuenta que podía darle un giro más atractivo al guión que mis compañeros de curso intentaban llevar a escena. Esa fue mi primera experiencia exitosa con la literatura. A partir de ahí empecé a escribir para mis amigos. Luego llegó Wattpad. En ese punto tenía muchísimo miedo de exponer mis escritos porque la internet es un mundo denso y peligroso. Sin embargo, con la asesoría adecuada, al cabo de un tiempo comencé a publicar mis libros en esta plataforma donde construí una comunidad de más de 10,000 lectores a quienes les gustaba lo que yo estaba haciendo y quienes un día me dijeron: "si publicas alguno, te compraremos". Lo demás es historia. 

¿Cual es el factor diferencial que los lectores encontrarán en tu obra más reciente, Azabache?

Azabache es una novela histórica. La protagonista es Antonia Pérez Tejedor, mi bisabuela. Aunque no es un relato biográfico, la obra está atravesada por episodios de su vida. La novela está ambientada en el Palenque de los años 50, una época en la que aún estaban muy arraigadas tradiciones como el pago de la dote. Aunque en Palenque hay y han habido muchos escritores, estos suelen escribir poesía, o abordar la cultura desde una perspectiva académica. Por esa razón quise hacer una novela con personajes que invitan al enamoramiento del lector. En lo personal, a mí me gusta que la gente se enamore y sienta una conexión profunda con los personajes. Creo que eso es lo que ha hecho que la novela haya tenido tan buena aceptación. Hasta ahora ninguno de mis libros, ninguna de mis historias, había tenido un boom tan grande como Azabache. Esta novela ya ganó un premio con la Editorial Pluma Verde de España y me ha abierto las puertas a nuevos espacios donde he podido compartir la obra.

¿Siendo una mujer de origen palenquero, qué significa para ti ser una escritora negra en una ciudad racista como Cartagena?

Lo primero que hay que aclarar con respecto a Cartagena es que aparte de ser racista, es una ciudad donde predomina el colorismo. Dado que en el pasado a las personas esclavizadas se les veía como inferiores a los animales, como objetos sin alma, suele pasar que cuando una persona negra es ligeramente más clara en la escala cromática, se tiende a generar un imaginario que se sostiene sobre el poder hegemónico de lo blanco, esta sensación de superioridad está estrechamente relacionada con el colorismo, con la blanquitud, con la pigmentocracia. En ese orden de ideas, para mí ha sido difícil desarrollar mi carrera como escritora. En casi todos los espacios me dicen lo mismo: "Tú eres negra, pero no tan negra, tú eres negra, pero eres bonita, tú eres aceptable en la sociedad". Eso me lo han dicho muchísimas veces. También aparecen otros comentarios como: “Tú no pareces palenquera”. Incluso en algunos espacios con mi gente negra he sentido la exclusión, porque quizás “mis facciones son más aceptables”. En últimas todo viene a resumirse en la estructura socio racial que se ha impuesto categóricamente en Cartagena. Por esta y otras razones no ha sido fácil. Eso me motivó a escribir una dedicatoria en Azabache que reza: “para todas las personas blancas que me hicieron sentir negra y para todas las personas negras que me hicieron sentir blanca”.

¿Cómo ves el rol y el papel que están teniendo las escritoras en el escenario artístico literario de Cartagena?

Era justo y necesario que se abriera un espacio en la literatura local que estuviese protagonizado por mujeres. Para nadie es un secreto que existe una jerarquía de género en la literatura, los índices hablan por sí solos. Por eso el hecho de que en el Caribe colombiano, especialmente en Cartagena, haya referentes como Cindy Herrera, que empiecen a aportar valor a las discusiones de ciudad desde sus lugares de enunciación, es trascendental. No solamente se trata del empoderamiento de la cultura, sino que también se trata de un asunto de representación. Por ejemplo, Cindy comentaba alguna vez durante un conversatorio en el que participamos juntas que a ella también le ha tocado durísimo a pesar de ser profesional en literatura y lingüística de la Universidad de Cartagena, maestra, gestora cultural y referente para otros escritores. Con esto lo que quiero decir es que todavía estamos frente a un camino muy complicado, en el que no solo juegan los roles de poder relativos al género, sino que también hay un aspecto de raza que no puede quedar por fuera. Para la agenda mediática no es lo mismo que publique un libro una escritora blanca a qué seamos nosotras, mujeres negras, quienes publiquemos.

¿Qué libro que no puede faltar en la biblioteca del fin del mundo?

Recomiendo "El peligro de la historia única" de Chimamanda Ngozi Adichie. Es un libro muy poderoso que habla sobre cómo las historias que nos contamos pueden limitar nuestra percepción del mundo. Si sólo pudiera llevar un libro al fin del mundo, sería ese.

 
Emilio Cabarcas

Comunicador social y periodista. CEO y Fundador de Cuatro Palabras. Experto en periodismo comunitario y desarrollo de iniciativas de innovación social.

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