Ángeles somos: una celebración con historia y compromiso social

Niñas, niños y adolescentes de Cartagena celebran cada primero de noviembre la tradicional fiesta de 'Ángeles Somos', en la que recolectan alimentos para preparar un popular sancocho. La celebración, que ha trascendido a lo largo de los años, sigue impregnada en los barrios del "Corralito de Piedra".

Aunque parezca inusual, el tema del momento en Cartagena es una celebración novembrina, la de 'Ángeles Somos'. ¿La razón? Recientemente, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural ha aprobado la inclusión de esta manifestación cultural en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial del ámbito nacional, lo que ha generado una gran atención y expectativa en torno a su protección y patrimonialización.

"Ángeles Somos" es una fiesta histórica que ha trascendido a lo largo de los años, y que hoy sigue impregnada en los barrios de Cartagena. La celebración básicamente consiste en que un grupo de niños y adultos se reúnen desde la mañana del primero de noviembre para pregonar por las calles de la ciudad. 

Con cánticos empiezan a ir de casa en casa con olla en mano, recolectando alimentos para hacer el popular sancocho con el que almorzarán a mediodía. En ese recorrido les regalan papa, yuca, verduras, carnes y distintos alimentos que terminarán en la olla, la cual tradicionalmente es ubicada en un fogón artesanal a base de leña.

No se puede hablar de 'Ángeles somos', sin recurrir a la voz incansable e insistente de la socióloga Rosita Díaz De Paniagua. Una mujer que a lo largo de los años se ha encargado de mantener viva esta tradición desde un enfoque que prioriza el bienestar de los más pequeños en Cartagena y Colombia.

Para la experta, la declaración de 'Ángeles Somos' como Patrimonio Cultural Inmaterial es un reconocimiento a una tradición que data de más de 400 años y que ha perdurado durante generaciones. Según ella, la importancia de esta declaratoria radica en que esta celebración encierra los valores de los cartageneros, como la convivencia social pacífica, y que es fundamental para comprender la identidad y el sentido de pertenencia de la ciudadanía.

Rosita Díaz De Paniagua sonríe mientras es entrevistada en la calle Tripita y Media del popular barrio Getsemaní, su lugar de nacimiento. Foto por: El Getsemanicense

Díaz De Paniagua destaca que esta declaratoria no es solo para ella o para un grupo específico, sino que es para beneficio de niñas, niños y de toda la población. “En definitiva, la protección y salvaguardia de esta festividad implica un compromiso con la preservación de la cultura y la historia de Colombia, y con la promoción de los valores que encierra esta tradición”, señala.

La socióloga hace hincapié en que esta declaratoria es beneficiosa para todos, especialmente para los niños, ya que ayuda a valorar y preservar las tradiciones y a incidir en políticas nacionales desde la infancia y la adolescencia. En este sentido, Díaz De Paniagua considera que "Ángeles Somos" es una festividad de todos, que forma parte de la identidad y el sentido de pertenencia de la sociedad colombiana.

Una tradición colonial que evolucionó

El origen de la tradición 'Ángeles Somos' tiene sus raíces en España como una conmemoración religiosa que se trasladó al territorio americano por los conquistadores españoles a través de la Iglesia Católica. Según Díaz de Paniagua, esta tradición se popularizó en Colombia a través del llamado Bolívar Grande, principalmente en Cartagena, donde los niños salían el primero de noviembre a cantar la famosa canción de 'Ángeles somos' de casa en casa para solicitar los alimentos para un sancocho comunitario.

"Es una tradición que se remonta a España, donde el papa Bonifacio IV trasladó el día de los santos al primero de noviembre, y poco a poco se fue extendiendo. La celebración de 'Ángeles somos' se fue haciendo conocida en otras regiones como Sucre, Córdoba, Atlántico y Magdalena, que en ese entonces formaban un solo departamento", explica Díaz de Paniagua.

El suculento sancocho, preparado con yucas, plátanos, arroz, papas y verduras, además de uno que otro kilo de carne, es la tradición que marca el inicio de las festividades más importantes de Cartagena, las del 11 de noviembre. En estos barrios, las candidatas al Reinado de la Independencia también se suman a la fiesta como embajadoras de las Fiestas de Independencia. Con atuendos llamativos y sin tacones, salen a las calles y, junto a los niños, cantan la famosa canción para pedir los alimentos necesarios para preparar el manjar.

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Niñas y niños recorren las calles de Cartagena con olla, tanque o balde en mano para recolectar los alimentos con los que a medio día, realizarán, con compañía de adultos, el tradicional sancocho comunitario. Foto por: Radio Nacional

"Es una tradición que ha ido tomando las características culturales de los sitios", explica Díaz de Paniagua. "Hoy persiste en Barranquilla, Magangué y otros lugares de la Costa, pero también en todo el Caribe Insular, México, Argentina, El Salvador, Guatemala, España y algunos lugares de Alemania. Incluso, en la comunidad árabe, en el Ramadán, hacen una celebración parecida por aquello de compartir, recoger comida y otras cosas".

Para la socióloga, la tradición de 'Ángeles somos' demuestra cómo una costumbre religiosa traída por los conquistadores españoles evolucionó y se adaptó a la idiosincrasia de los lugares donde se asentó. A lo largo del tiempo, esta celebración se ha convertido en una expresión de identidad cultural y comunitaria en diversas partes del mundo, incluyendo América Latina, España y algunos lugares de Alemania. Su persistencia y adaptación son una muestra de la riqueza y diversidad cultural que caracteriza a nuestra sociedad global.

Momentos difíciles y un nacimiento imprevisto

La celebración de 'Ángeles somos', que tuvo su auge en la ciudad durante los años 70, comenzó a perder notoriedad debido a la popularidad de Halloween. Sin embargo, Rosita y su esposo, también sociólogo, se propusieron recuperarla.

El proceso de recuperación comenzó en los años 80, cuando Rosita era la directora de la Asociación de Educadores Preescolares. La organización comenzó a celebrar Ángeles Somos con desfiles barriales de niños y niñas. Sin embargo, el paso más importante fue en 1983, cuando Cartagena cumplía 450 años. En ese momento, el alcalde Antonio Pretelt preguntó a Rosita si tenía alguna idea para los niños. Ella sugirió rescatar y reactivar Ángeles Somos en toda la ciudad.

En 1984 crearon una ONG llamada Coreducar, que asumió la responsabilidad de organizar la festividad. Luego, en 2008, se creó la Corporación Ángeles Somos Observatorio de Infancia y Adolescencia, en colaboración con el Concurso Nacional de Belleza y Coreducar. Su principal misión es garantizar los derechos de la infancia y la adolescencia en Colombia.

Según relata Rosita, la idea surgió en el foro 'Niños, niñas y adolescentes de la ciudad que queremos', realizado el 1 de noviembre de 2008, donde un grupo de jóvenes pidió acompañamiento para visibilizar sus derechos. "Me pareció muy valiente que ellos, tan jóvenes, tuvieran la capacidad de pedir eso. Me sentí muy inspirada y decidí fundar la Corporación Ángeles Somos", cuenta.

La Corporación fue creada en medio del proceso del rescate de la tradición y buscó unir a todas aquellas personas cuyo trabajo, pasión y compromiso fuera el bienestar de los niños, niñas y adolescentes de la ciudad. Desde entonces, han enfrentado retos y ha evolucionado, pero siempre manteniendo su compromiso con la proyección sociocultural y el impacto positivo en la vida de los niños y jóvenes de la comunidad.

Aún en medio de la pandemia, la tradición no se detuvo, Foto por: IPCC

En 2020, la pandemia del COVID-19 supuso otro gran reto para la celebración de 'Ángeles Somos' al ser una actividad presencial. Para solucionarlo, se involucró el uso de las redes sociales y se inventaron nuevas formas de celebrar. Rosita considera que la celebración de 2020 fue la mejor en los 45 años que lleva haciéndola.

A pesar de enfrentar momentos difíciles y un nacimiento imprevisto, la Corporación Ángeles Somos ha mantenido su compromiso con el bienestar de los niños y jóvenes de la comunidad, y ha logrado crecer y tener un impacto positivo en la vida de muchas personas. La celebración de 2020 fue una muestra de su capacidad de adaptación y de su capacidad para seguir adelante en tiempos de crisis.

¿Qué sigue ahora?

El reconocimiento de 'Ángeles Somos' como patrimonio cultural inmaterial del país es un gran logro, pero también representa grandes retos y tareas pendientes para asegurar su protección y continuidad. Es por eso que se ha elaborado un Plan Especial de Salvaguardia-PES para la construcción de una agenda de trabajo y se está trabajando en su implementación. Así, se espera que esta celebración continúe siendo un símbolo de la cultura cartagenera y un patrimonio vivo de todo el país.

La estrategia a seguir para 'Ángeles Somos' según el Plan Estratégico Social (PES), implica un proceso de amplia difusión para su conocimiento, reconocimiento, valoración y arraigo, donde se involucre a la población urbana, rural y migrante. Este proceso permitirá fortalecer la memoria, la identidad colectiva y los valores necesarios para la reconstrucción del tejido social.

El Observatorio de Infancia y Adolescencia es un componente fundamental para llevarlo a cabo, ya que es el primer observatorio en el mundo que tiene como eje central a los niños, niñas y adolescentes. 

Cada año, se organizan Parlamentos de niños para abordar diversas preguntas, además, se llevan a cabo cuatro diplomados donde se les enseña a los niños a ser sujetos de derecho, así como también se les enseña a multiplicar este conocimiento. “Esto es una cosa que se hace con los niños, sin ellos no se hubiera rescatado, porque los niños son insistentes, le recuerdan a los papás, y los padres y los adultos giramos en el fondo alrededor de darle satisfacción a los niños, porque también tenemos todos unos niños dentro de nosotros”, agrega Rosita. Este enfoque intergeneracional es uno de los valores fundamentales de Ángeles Somos, donde el adulto no es el eje central, sino el niño, y las relaciones son horizontales entre ellos.

A través de la experiencia de Ángeles Somos, se demuestra que es posible y necesario valorar la cultura y los talentos comunitarios, especialmente de niñas, niños y jóvenes. La Declaratoria de Ángeles Somos es una gran oportunidad para unir a la comunidad y promover el valor de Cartagena como una ciudad que ostenta una gran cantidad de valores inmateriales.

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