Buscar es un derecho 

Un grupo de mujeres del Bajo Atrato creó una asociación para emprender la búsqueda de sus familiares desaparecidos.

En Riosucio, Chocó, ocho mujeres víctimas del conflicto armado, crearon la Asociación de Memoria Canto a mis Ancestros del Darién Chocoano en el año 2019. Desde su fundación, cientos de personas han registrado a sus familiares desaparecidos. Actualmente en la base de datos de la asociación se registran más de 192 personas dadas por desaparecidas en los municipios de Riosucio y Carmen del Darién en el departamento del Chocó. Según datos de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), en el Bajo Atrato se han documentado más 855 desapariciones entre los años 1982 y 2016. 

La UBPD ha venido acompañando a los familiares de estas comunidades desde el año 2020 a través de la iniciativa Círculo de Saberes, un espacio donde las y los participantes narran sus propias historias. El resultado de esta experiencia ha arrojado tres audiolibros contados desde las voces de las víctimas.

“En estos cuatro años de estar en la asociación nos dimos cuenta que no sólo nosotros somos los afectados, sino que hay otras personas que también pasaron por la misma situación. Ellos conocieron de nosotros y eso nos fortaleció, porque son muchas las familias que se han sumado a este proceso, me sentí muy contenta cuando nos invitaron a la entrega de los restos de un señor en la comunidad de Camelias, que tenía más de 20 años desaparecido. Eso me llena de fuerza y fortaleza para seguir en el camino de la búsqueda, no sólo de mi hijo sino de todos los desaparecidos”, enfatizó Espedita Caicedo Rentería, miembro de la asociación.

Acto simbólico organizado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) donde participaron miembros de la Asociación de Memoria Canto a mis Ancestros del Darién Chocoano. Foto por: Jenry Serna

Las cifras aún pesan en la memoria

Los casos de desaparición que se han reportado en los municipios de Riosucio y Carmen del Darién entre los años de 1996 y el 2006, pico más alto de violencia derivado por la incursión paramilitar ocurrida el 20 de diciembre de 1996, aún son materia de investigación 

A esto se le suman los temibles resultados de la operación Génesis ocurrida entre el 24 y 27 de febrero de 1997 en el área general del Río Salaquí y Río Truandó. La incursión militar donde participaron miembros de la XVII Brigada del Ejercito Nacional y fuerzas paramilitares, originó el desplazamiento de más de 7.000 campesinos de 23 comunidades.  

De aquel éxodo doloroso, surgió Pavarandó, uno de los campos de refugiados más grande de la historia de Colombia con capacidad para albergar a más de 3.500 personas en la jurisdicción de Mutatá, Antioquia.

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Seguir construyendo en colectivo es la salida

Para la asociación, el impulso más significativo que ha tenido desde sus inicios se ha derivado del apoyo de la parroquia Nuestra Señora del Carmen del municipio de Riosucio y la ONG Promoción Claretiana para el Desarrollo (Proclade Col/Ven).

“Desde Proclade creemos que es importante brindar acompañamiento a las víctimas, en especial a las y los buscadores de familiares desaparecidos debido a que el hecho victimizante de la desaparición forzada es el que menos se ha visibilizado en la región”, asegura Sorelys Mendoza Murillo, promotora comunitaria de Proclade Col/Ven.

Algunas de las actividades que se realizan en la Asociación de Memoria Canto a mis Ancestros fomentan el fortalecimiento cultural a través del canto de alabaos y la creación de murales con el apoyo de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Proclade Colven y otras instituciones como el  Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). 

Las familias de esta asociación solo esperan que se les siga acompañando en la búsqueda de sus seres queridos  

Recordar a los familiares desaparecidos es un acto de resistencia desde la memoria colectiva. Foto por: Jenry Serna

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