Montes de María: luchas, resistencias y memorias para la paz

Según cifras del informe final de la Comisión de la Verdad, se estima que el conflicto armado dejó más de 150 mil víctimas en los Montes de María.

Quince municipios divididos en subregiones conforman la cadena montañosa de los Montes de María. Los niveles de violencia vistos en esta zona entre 1996 y el 2009, han dejado un saldo de 158.000 víctimas y 82.600 hectáreas de tierra abandonadas según datos de la Comisión de la Verdad . Estos acontecimientos, han puesto a prueba las resistencias campesinas que desde los años sesenta se han enfrentado al despojo sistemático de la tierra. 

El conjunto de masacres, desapariciones, violaciones, ejecuciones extrajudiciales y otras prácticas utilizadas durante el conflicto por los diferentes actores armados, fueron utilizadas como estrategias de control territorial.

Para la organización Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, “la violencia ocurrida en los Montes de María durante el segundo quinquenio de los años noventa y los primeros de este siglo, hunde sus raíces en la asimétrica distribución de la tierra”.

El pasado cinco de agosto, en el marco de las jornadas de socialización del informe final de la Comisión de la Verdad, se llevó a cabo el conversatorio Universidad, Sociedad y Verdad, una oportunidad para la construcción territorial de la Paz en el Caribe Colombiano, donde participaron actores del conflicto armado, víctimas, y académicos que le han seguido la pista a la guerra en la costa norte colombiana. 

En la jornada se expusieron algunas de las conclusiones del informe final en los Montes de María. Adicionalmente, los participantes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre lo que ha significado este largo camino en la búsqueda de la verdad y la reconciliación como único camino seguro hacia una paz estable y duradera.   

Tambien le puede interesar: “Las mujeres sostuvieron este país”

Las voces de la paz

Yo no me fui del pueblo, tenía cuatro meses de embarazo, tenía que decidir si me quedaba o si seguía buscando la verdad. Tenía 17 años cuando me arriesgué a buscar la verdad en un país en el que era tabú hablar de falsos positivos. En ese entonces era muy difícil y arriesgado, pero asumí esa tarea que me había legado la vida. Nuestras familias necesitaban la verdad, yo tenía que esclarecer qué era lo que había pasado con mi esposo”. María Margarita Flores (esposa de Carlos Alberto Valeta Jiménez, víctima de falsos positivos en Toluviejo, 2007)

Uno no quiere aceptar todavía que el ser querido está muerto. Mucho menos aceptar la forma cómo falleció. No es fácil escuchar a quienes asesinaron a tus seres queridos. Llegar a ese momento de una reconciliación, de un abrazo con estos actores. El llamado a los jóvenes es a dejar la violencia, a aprender de nuestra historia”. Alcira Ruiz (habitante de Chalán, Sucre)

No podemos creer que nuestros hijos tengan tanta fuerza para escuchar cómo sus papás fueron asesinados. Impresiona escuchar cuando dicen "mamá, ya yo lo perdoné"; en ese caso no sabemos qué responder, porque el perdón es individual, es un proceso, pero hace reflexionar sobre la importancia del perdón. Es una realidad que cada una de las víctimas tiene una tarea importante y un rol en la sociedad”. María Margarita Flores

El primer encuentro con nuestros victimarios fue bastante confuso, porque uno dice: "hay que matar y comer del muerto". Escuchar sus verdades era escuchar una parte parcial de lo sucedido, fue necesaria la participación de las víctimas, no solo para completar la verdad, sino también para sanar muchas heridas”. Luis Guillermo Díaz (habitante de Chalán, Sucre, víctima del conflicto armado)

Muchas de las instituciones que trabajan con víctimas en Colombia están deshumanizadas. Las víctimas tocamos las puertas y no recibimos acompañamiento. Algo tan necesario como un psicólogo no nos lo ofrecieron”. María Margarita Flores

“Nunca imaginamos el corazón y la generosidad provenientes de personas a las que le hicimos tanto daño y que durante el proceso de paz respondieron con generosidad. Eso fue demasiado impactante”. Luis Fernando Borja (Teniente Coronel (R) ex comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta de Sucre, máximo responsable de los hechos, convaleciente ante la JEP y aportante de verdad ante la Comisión de la Verdad).

Esto dicen los académicos 

“La verdad en el marco de una transición no es un informe. La verdad se entiende como un proceso amplio del reconocimiento de las voces, de las voces que hablan desde su propia memoria del sufrimiento. De las voces de las víctimas que a través de su testimonio nos permitan reconstruir qué pasó y qué sigue pasando”. Daniel Florez Múñoz (docente de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Cartagena)

“La escucha de las voces de las víctimas es una forma de dignificar a las víctimas. Una de las principales causas por las cuales fueron victimizadas fue por la ausencia de reconocimiento. Este proceso constituye la práctica restaurativa más importante del mundo entero”. Daniel Florez Múñoz (docente de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Cartagena)

Este informe es una excusa para encontrarnos, para escuchar las voces de las víctimas y victimarios, sin un informe nadie hubiera conocido la vida, las luchas, el sufrimiento de las personas que vivieron el conflicto armado. La deliberación pública tiene un fin, la codificación del sentido común que se encuentra cimentado en los siglos y décadas de barbarie que ha atravesado Colombia”. Daniel Florez Múñoz (docente de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas)

Es importante reconocer que las luchas de las comunidades indígenas y afro han sido y siguen siendo un ejemplo de resistencias pacífica. Estas luchas y resistencias en el caribe corresponden a una base campesina, obrera y estudiantil.” Lewis Bolaños (Coordinadora de la Maestría Conflicto Social y Construcción de Paz de la Universidad de Cartagena)

“¿Cómo fue la experiencia de construir verdad sobre el conflicto en un contexto donde seguimos viviendo el conflicto? Ese es el gran interrogante, ¿cómo pensamos un proceso de construir verdad y memoria en un escenario como este?” Rafael Acevedo (director del programa de Historia Universidad de Cartagena)

“El futuro para las víctimas es una vuelta al pasado” Eduardo Porras Mendoza (delegado Comisión de la Verdad)

“Este informe trae novedades teóricas increíbles: La primera es sostener que el narcotráfico no es un catalizador de la guerra, sino una consecuencia del conflicto armado; desmitificar que la guerra fue un asunto rural, que los contextos urbanos no tuvieron nada que ver con la guerra, cuando aquí se reciclaba parte de las consecuencias de la guerra; por último, se nos plantea la duda de cómo hablar sobre la infraestructura social de la paz, porque siempre se nos habla de la guerra”. Edwin Corena Puente (historiador, hizo parte del equipo regional Caribe en la investigación de la Comisión de la Verdad)

Emilio Cabarcas

Comunicador social y periodista. CEO y Fundador de Cuatro Palabras. Experto en periodismo comunitario y desarrollo de iniciativas de innovación social.

Anterior
Anterior

¿Y si hablamos de Bruno?

Siguiente
Siguiente

El centurión de la noche: a 11 años de la muerte del Joe Arroyo, su música sigue más viva que nunca